8 de febrero de 2009

Seducido por G. (una vez más)

Ella es así. Se va sin decir nada. Incluso te olvidas de ella.

Pero de repente un día cuando menos te lo esperas, la ves en mitad de la calle, entre el gentio, en el metro, en la cafetería, o en la parada del bus.



La miras con miedo. La esquivas. Haces que no la has visto. Pero no sirve de nada. Sabes que la historia se volverá a repetir una vez más. No puedes escapar de ella.

Al poco se presenta en tu casa y se instala sin preguntar. Te abraza. Te hace suyo. Y empieza a seducirte. Y poco a poco como ha hecho tantas veces se va apoderando de ti.
Luchar contra ella es estúpido. Es poderosa. Es silenciosa. Es tenaz.
Y notas como te hace suyo. Trabaja tu garganta, tus ojos, tu pecho...
elevando la temperatura hasta convertirte en un pelele a su merced...
y te lleva a la cama, donde te hace perder la razón, donde te lleva a la locura...

Y ella sigue. Y sigue. Y sigue. Y sigue. Trabajándote en silencio.
Destrozándote músculos y huesos hasta la congoja.
Mojándolo todo cual diluvio del averno.
Es incansable. Es irritante. Que trancazo. Que tormento.
Y tu allí, en tu lecho, atrapado una vez más...
- ¡Vete, Maldita seas, Vete!, ¡¡Déjame vivir... DÉJAME VIVIR!!!"

Y un día sin avisar, tal y como llegó se va con otro..
Y aunque cambies de domicilio, de amigos, de médico, de habitos, de ciudad... volverá a encontrarte y seducirte como lo ha hecho tantas veces. Así es ella. No tiene piedad.

No hay comentarios: