25 de abril de 2009

niña mala, niña mala.

Sin Titulo-Yoshitomo Nara
Llevaba tan sólo esperando 7 minutos cuando apareció y no con vestido de noche y una disculpa como esperaba, sino con un regalo de la mano.

Apenas media 69 centímetros y miraba con ojos de gata.

- Vaya, veo que me has comprado un regalo - Dije por decir algo
- ¿Te gusto? - Replicó la pequeña Beatriz sonriendo mientras me clavaba sus enormes ojos felinos.
- ¡Desde luego! ...y dime pequeñaja ¿Quién eres tu?
- Soy el producto de una noche de verano, o por lo menos eso es lo que dice Carla cuando se lo pregunto.
- Vaya! Eso es... inquietante a la par que revelador. ¿Como estás Carla?

Carla estaba como siempre, fantástica. Radiaba ternura, inteligencia y lujuria a partes iguales, era una combinación divertida y explosiva. Una vez acudí al barrio Salamanca para una entrevista de botones en un hotel de lujo, pero golpeé a una chica con mi coche y creo que la gusto, por que pasamos 3 años de ternura y lujuria, hasta que un día fue inteligente y se fue. Sencillamente ella no encajaba en mi mundo, y yo no encajaba en el suyo. Nunca llegué a la maldita entrevista, y era un buen curro, ¡Una pasta en propinas!.

- Por lo que veo no tan sorprendida como tu... Está hermosura es Beatriz. Saluda.
- Hola, ¿tu eres mi papi? ¿el que me escribe todos esos cuentos al móvil de Carla? - exclamo sonriendo -
- Sí pequeñaja, eso parece... ¡Te han dicho que eres condenadamente guapa!
- Si... continuamente... ¿Por qué atropellaste a Carla con el coche?
- Es una buena pregunta, creo que tu mama me sonrió, y no recuerdo nada más.
- ¿Una sonrisa? ¡Cómo está!

Era inquietante como sonreía. Te hechizaba, te descolocaba, te enamoraba. Y veía la razón por la que me enamoré de su madre. La única a la que ame con locura. Y soló años después, mirando a la pequeña Beatriz comprendí que fue su sonrisa la me hizo perder la razón.

La misma que ahora se divertía riéndose de mi.
- Veo que sigues teniendo un gusto pésimo para la ropa, despeinado, mal afeitado, ¿sabes que llevas el bigote más largo de un lado que de otro?

Carla tenía que pasar un par de días en Madrid. Una entrevista de trabajo en un hotel de lujo del barrio Salamanca, la volvió a traer a mi. Pensó que sería bueno para Beatriz pasar unos días con su padre. No sé si fue bueno para Beatriz, pero es preciosa, inteligente, divertida y me temo que algún día despertará la misma lujuria que su madre.

Esa noche bebimos, y cuando Beatriz cayó exhausta, su madre y yo recordamos a que sabían nuestros cuerpos, y nos dieron las 2, y las 6, y las 12. Carla siempre fue puro fuego, puro sexo, pura pasión...

No las he vuelto a ver. Pero cada vez que veo una sonrisa de niña mala, me acuerdo de Carla. De Beatriz sencillamente, no puedo olvidarme.
Niña mala, niña mala.

(La imagen es de Yoshitomo Nara, "Untitled")

2 comentarios:

Lola dijo...

Me gusta mucho, aunque te ha quedado un poco tristona ¿desde cuando tienes una cria? ¿y con quién?

Cabra Montesa dijo...

jajaja, todo a su tiempo.